Aquí uno deja fuera los problemas, los semáforos y atascos, las facturas e hipotecas, los proveedores y clientes, el fútbol y la política, los niños o parientes, o cualquier otra cuestión ajena al arte y oficio de escribir.

TALLERES, charlas, eventos, CATAS de libros y certámenes. Fomentamos la escritura.
Aquí uno deja fuera los problemas, los semáforos y atascos, las facturas e hipotecas, los proveedores y clientes, el fútbol y la política, los niños o parientes, o cualquier otra cuestión ajena al arte y oficio de escribir.
Estas enfermedades han mantenido su propia relación con la literatura y las artes. Aquellos creadores que han padecido enfermedades mentales o que han construido tramas cuyos protagonistas tienen desórdenes severos de personalidad son muchos y variados.
Esta leyenda a la que hace referencia Kipling cuando recogió el Premio Nobel de Literatura con apenas cuarenta y dos años, no solo habla del poder de la palabra sino de algo que a mí me ha causado siempre una profunda inquietud: la desconfianza hacia la ficción como tal.
He llenado mi vida entera de recuerdos, los he hecho mi presente e incluso he permitido que tejieran mi futuro. Un corazón joven, abierto y desprevenido es un músculo propenso a guiarnos a ciegas por caminos que, erróneamente, a esa edad, creemos eternos.