Hablamos de Literatura con Manuel Rico

Hablamos de Literatura con Manuel Rico

¿Qué novela de tu juventud pudo más que una noche de juerga?

Lolita, de Nobokov. Casi con la misma intensidad, aunque años más tarde, La piel del lobo, del austriaco Hans Lebert.

¿Creciste entre libros o tuviste que buscarte la vida?

Me tuve que buscar la vida. Siempre envidié a aquellos escritores que desde niños estaban famliarizados con la biblioteca que venía de los ancestros. En mi caso no había libros.

¿Sacabas buenas notas en Lengua o te quitaban puntos por faltas de ortografía?

Siempre saque buenas notas en Lengua y Literatura.

¿Recuerdas el título de tu primera novela fallida?

Si fallida es una novela escrita, interrumpida y dejada en vía muerta, no la hubo. Todas salieron adelante. Si se trata de una lectura fallida, Ulises, de Joyce.

¿A qué escritor o escritora imitabas sin darte cuenta?

En poesía, a Juan Ramón. En narrativa, al Kafka de El proceso o de El castillo.

¿Y dándote cuenta?

Me fascinaron los estilos y la combinación entre realidad y ficción de José María Merino en La orilla oscura, y de Juan Benet en dos novelas cortas, Numa y Una tumba. Mi novela La mujer muerta está en deuda con ambos.

Decía William Faulkner que un escritor necesita tres cosas: experiencia, observación e imaginación. Cualesquiera dos de ellas, y a veces una puede suplir la falta de las otras dos. ¿Cuál de las tres te falta?

Quizá experiencia. De vida, sobre todo. Las otras dos la suplen con creces.

¿Crees que la vanidad de los escritores se puede tratar?

Creo que solo se trata con madurez y experiencia. Cuando nos damos cuenta de que solo hay un premio Cervantes o un Nacional cada año y miles de escritores y escritoras soñando con tener uno u otro. La vanidad desciende en la misma proporción que se eleva la pasión por la obra literaria y su calidad, en que el escritor encuentra respuestas a su vida en el trabajo con el lenguaje, con la obra, con descubrir en ella nuevas potencialidades.

Si tuvieras que quedarte a vivir en una novela, ¿en cuál te quedarías? ¿Con qué música de fondo?

En Cumbres borrascosas, de la Brönte. La Novena de Beethoven. Aunque no me disgustaría vivir en El mismo mar de todos los veranos, de Esther Tusquets. Con Mediterráneo, de Serrat, de música de fondo.

¿Has llorado leyendo?

Sí. Más de una vez.

Cuando escribes, ¿te pones tapones para los oídos o todo enmudece a tu alrededor?

Escribo con la radio como rumor de fondo. En los primeros años, cuando escribía los domingos por la tarde, lo hacía mientras sonaba en la SER el “Carrusel deportivo”. Por la noche, con programas de madrugada…

Qué tipo de escritor crees que eres:

Por encargo

Por desprecio

Por amor

Por vanidad

Por accidente

Por educación

 

Por amor. Y, en parte, por vanidad.

¿De qué disfrutas más, de los antónimos o de los sinónimos?

De los sinónimos.

¿Si tuvieras que vivir el resto de tu vida con un narrador, qué tipo de narrador escogerías?

Un narrador realista. Para que dejara espacio a mi imaginación.

¿Con qué autor o autora española te gustaría escribir una novela a dos manos?

Murió, lamentablemente: Carmen Martín Gaite. Me hubiera gustado mucho.

Decía Ibsen que el escritor que deja de vivir deja de escribir. Y tú: ¿vives para escribir escribes para vivir, no vives mientras escribes o te desvives escribiendo?

Escribir me da la vida. No podría vivir sin ello. Siempre he combinado vida y escritura. No he tenido más remedio. Es decir, en parte me desvivo escribiendo

¿Crees en la amistad entre autor y editor o eso solo pasa en las películas?

Es una relación muy difícil. Salvo que cada libro tenga un alto nivel de ventas. Si no, esa amistad es una tierra de conflicto. Con una excepción: que la amistad tenga su origen fuera de la relación escritor-editor y venga de antes.

Dime cuáles crees que son las dos grandes imposturas de un escritor novel.

Despreciar el trabajo con el lenguaje, con el texto, y dar prioridad a la apariencia, a la pose de escritor por encima de la obra.

¿Y las de un escritor con más de una docena de títulos publicados?

Pensarse genio y poner el oficio y la experiencia acumulada por encima del deslumbramiento, la revelación, la búsqueda: la suficiencia, que a mi juicio es hermana de la soberbia.

¿Qué es más importante para escribir, un gran dominio del lenguaje o una trama trepidante?

Dominar el lenguaje. Sin ello no hay trama que valga. Salvo que no hablemos de literatura y hablemos de periodismo o de historietas.

¿Se puede escribir bien solo viendo películas?

Solo se puede escribir bien leyendo mucho. Ver películas ayuda a buscar historias, argumentos, temas… Pero para escribir es fundamental leer. Es la forma de cargar el disco duro del escritor.

Define influencer

Vendedor de lavadoras. O de paraguas.

¿Crees que la novela ha muerto o está más viva que nunca?

Está viva. No sé si más viva que nunca. Basta con que esté viva. Aunque tenga muchos enemigos. Algunos llegan desde el propio espacio de la novela. No hay más que situarse ante la mesa de novedades de un gran almacén o hipermercado.

Si fueras editor, ¿a quién no hubieras publicado jamás?

Más que de autores, yo hablaría de libros. La lista es infinita. Por ejemplo, yo no hubiera publicado algunos de los Best Sellers con tramas vaticanas y asimilados que ha proliferado hasta e tedio en los últimos años.  

Si te dejáramos viajar al pasado ahora mismo, ¿con qué tres escritores o escritoras te harías el encontradizo?

Con Virginia Woolf, por ejemplo. Con Antonio Machado en sus años sorianos. Con el paseante Robert Walser.

¿Qué momento es el mejor para que un escritor se retire?

El escritor no se retira nunca. Le retira la impotencia ante la escritura, algo que a veces no lo da la edad sino la reiteración o la esterilidad ante el folio en blanco. Estoy por el derecho a seguir creando después de los 65.

Escribe un mensaje para lanzarlo dentro de una botella a tu yo del futuro

Sigue escribiendo aunque sea a contracorriente. En la literatura está la vida y si se pierde estarán en peligro las palabras. Y con ellas, el lenguaje, la comunicación, la posibilidad de una existencia feliz y plena.

 

Manuel Rico Prego  es escritor, poeta, crítico literario, periodista y Presidente de la ASOCIACIÓN COLEGIAL DE ESCRITORES DE ESPAÑA.

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Foto: Expoesía 2015.

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